muchos pequeños descubrimientos que tienen nombre (como casi todo) en los últimos tiempos.
escribo desde la cocina. me he autorregalado un portátil (creo que es el primer ordenador de mi vida que compro para mí, siempre los he regalado o heredado): siguen sin gustarme el teclado ni el ratón ni..., soy una mujer de (PC de) sobremesa, qué le voy a hacer. y sí, los Mac molan mucho más pero no soy caprichosa.
quería esperar a anunciar el gran descubrimiento de mi década hasta que esté confirmado del todo pero las ganas de gritarle al mundo "¡eh, que no estoy/estaba loca!" son demasiado intensas para resistirse.
se me ha diagnosticado un
hipotiroidismo de Hashimoto que en sí no parece muy significativo ni importante (aunque sí exótico, qué duda cabe) si no fuera porque puede explicar todos mis males de los últimos 4 años,
TODOS (y son muchos). hay una causa y una solución: tirosina.
siempre supe que no somatizaba,
siempre lo supe y ahora creo que puedo escribir esto sin riesgo de equivocarme. debería fiarme más de mi instinto. es curioso y triste cómo saberme enferma, y tener un diagnóstico, puede alegrarme tanto, coño.
[gracias, Tania :-)]
[to be continued]
uraco: siempre me han dado grima los ombligos y ahora descubro la existencia de un conducto siniestro que confirma mis peores temores: hay un camino al centro del cuerpo como siempre sospeché.
y por último mis reflexiones más recientes sobre la bondad del
monopolio. a riesgo de parecer trasnochada y tiránica abogo por la vuelta de los monopolios de mi infancia (teléfono, agua, petróleo, correos, renfe, etc...). una sola empresa, no hay que decidir nada y puedes lanzar todos tus elogios y rencores sobre ellos con mucha más elegancia.
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