03 abril 2009

Atxaga, Saki y el avestruz

me compro el último libro de Atxaga con ciertas dudas (su última novela no me gustó nada, claro, que la leí postrada en la cama de un hospital). tengo todos sus libros en castellano —oh, ¿dónde está mi Memorias de una vaca? es lo que tiene ponerse a rememorar y trastear, que descubro que ciertos libros fetiche han desaparecido de mi estantería. por favor, se ruega al depositario del libro que lo devuelva pública o anónimamente cuanto antes, gracias.

hay tres razones que me han llevado a comprar el libro al leer una entrevista digital realizada a través de El País:

1. hace referencia a un texto suyo que me gusta mucho, Lección sobre el avestruz:

Escribí un texto que se llamaba "Lección sobre el avestruz". Lo utilizaba en las lecturas públicas, garantizando a los oyentes que "saldrían de la sala sabiendo de avestruces mucho más de lo que sabían al entrar". Era un texto de humor variado, con predominio del negro. "Siete casas en Francia" tiene su primer origen en aquel primer texto. Se trata de hablar de lo terrible con el tono de quien está hablando del tiempo.

2. puede que haya reminiscencias de Saki en el texto:

No puedo darle todas las referencias, pero hay autores que tengo en mente desde hace muchos años. Ambrose Bierce, por ejemplo. O Saki. En general, el texto esta cerca de ciertas obras satíricas. También de ciertas novelas de aventuras, pero tomándolas del revés, es decir, sin aceptar la poesía que tradicionalmente se les ha atribuido. Piense en la figura del explorador. En general, siempre ha tenido un aura. En mi novela, los exploradores con aura no tienen ningún espacio.


3. me gustan su cara de buena persona y su pelo-nido. aunque no las veo, creo que también me gustan sus manos.

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10 marzo 2006

Whhangdepootennawah, s.
En el dialecto Ojibwa, desastre; aflicción inesperada que golpea sin fuerza.

[Ambrose Bierce, Diccionario del diablo]

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02 marzo 2006

Vida,
s. Especie de salmuera espiritual que preserva al cuerpo de la descomposición. Vivimos en diario temor de perderla; cuando se pierde, sin embargo, no se la echa de menos. La pregunta "¿Vale la pena vivir?" ha sido muy debatida, en particular por los que opinan que no; algunos de ellos escribieron extensos tratados en apoyo de esa idea y, gracias a un minucioso cuidado de su salud, disfrutaron durante muchos años los honores de una exitosa controversia.

[Ambrose Bierce, Diccionario del diablo]

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20 febrero 2006

Fantasma,
s. Signo exterior e invisible de un temor inferior. Para explicar el comportamiento inusitado de los fantasmas, Heine menciona la ingeniosa teoría según la cual nos temen tanto como nosotros a ellos. Pero yo diría que no tanto, a juzgar por las tablas de velocidades comparativas que he podido compilar a partir de mi experiencia personal. Para creer en los fantasmas, hay un obstáculo insuperable. El fantasma nunca se presenta desnudo: aparece, ya envuelto en una sábana, ya con las ropas que usaba en vida. Creer en ellos, pues, equivale no sólo a admitir que los muertos se hacen visibles cuando ya no queda nada de ellos, sino que los productos textiles gozan de la misma facultad. Suponiendo que la tuvieran, ¿con qué fin la ejercerían? ¿por qué no se da el caso de que un traje camine solo sin un fantasma adentro? Son preguntas significativas, que calan hondo y se aferran convulsivamente a las raíces mismas de este floreciente credo.

[Ambrose Bierce, Diccionario del diablo]

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17 febrero 2006

Tregua,
s. Amistad.

[Ambrose Bierce,
Diccionario del diablo]

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16 febrero 2006

Sobre,
s. Ataúd de un documento; vaina de una factura; cáscara de un giro; camisón de una carta de amor.

[Ambrose Bierce, Diccionario del diablo]

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14 febrero 2006

Amor,
s. Insania temporaria curable mediante el matrimonio, o alejando al paciente de las influencias bajo las cuales ha contraído el mal. Esta enfermedad, como las caries y muchas otras, sólo se expande entre las razas civilizadas que viven en condiciones artificiales; las naciones bárbaras, que respiran el aire puro y comen alimentos sencillos, son inmunes a su devastación. A veces es fatal, aunque más frecuentemente para el médico que para el enfermo.

[Ambrose Bierce, Diccionario del diablo]

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