Buenos Aires me ha reconciliado con Madriz, extraña consecuencia de mi viaje: todo me parece limpio, luminoso, tranquilo (¡¡¡???), europeo, rozando la asepsia... se me pasará en un pispás, lo sé. pero hasta que suceda disfruto de la sensación de tener ojos nuevos de extranjera en mi ciudaz.
la crónica lingüística del viaje se resume en mi frustrado intento de no pronunciar la palabra coger al menos veinte veces al día ya que los argentinos tienen la puñetera peculiaridad de quedarse sólo con la acepción 31 del DRAE (de 32 acepciones sólo contemplan una, ya les vale...) [afortunadamente las ballenas no hablan nuestro idioma bípedo.]
la crónica lingüística del viaje se resume en mi frustrado intento de no pronunciar la palabra coger al menos veinte veces al día ya que los argentinos tienen la puñetera peculiaridad de quedarse sólo con la acepción 31 del DRAE (de 32 acepciones sólo contemplan una, ya les vale...) [afortunadamente las ballenas no hablan nuestro idioma bípedo.]
Etiquetas: diccionario