03 octubre 2009

"La verdad es que pasé años dedicado a admirar en secreto el delicado hilo de las frases simples y tal vez por eso, cuando me encontré por primera vez con Los hermosos años del castigo, las primeras palabras ("A los catorce años yo era alumna de un internado de Appenzell") me recordaron al portentoso y simple comienzo de Karen Blixen en su libro de memorias: "Yo tuve una granja en África, a orillas de los montes Ngong". Vivir en las frases simples."

Enrique Vila-Matas, Educando mujeres correctas, Babelia, El País, 12 de septiembre de 2009


me acuerdo de una mañana de pellas en el instituto, sola en casa en mi habitación de entonces, arrastrando un sillón hasta la ventana y devorando en trance y con un té Los hermosos años del castigo, con toda la intensidad y melancolía que sólo es posible en la (casi) adolescencia.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo lanzó...

Que se aplique el cuento a si mismo, aunque con ese apellido es difícil...

¿te acuerdas de si el libro estaba bien? ¿lo estará ahora si lo leo?

Jj

3/10/09 18:50  

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