esta mañana en la UAM me han vuelto a regalar
El País. he sonreído.
hace unos días escribí al
director de la Biblioteca Pública de León haciéndole una desiderata. en el apartado
comentarios le expliqué que pronto iba a ser mi cumpleaños y que, aún sabiendo que esa no era una razón importante, me haría mucha ilusión que comprasen
este libro para mí. y hoy he comprobado que han aceptado mi libro. vuelvo a sonreír. [Chi me dice que los frecuentes comentarios en mis desideratas son estrambóticos y vergonzosos pero si yo fuera directora de la Biblioteca Pública de León querría leer comentarios así en cada desiderata que pasara por mis manos.]
he escrito un correo-ultimátum a una vieja amiga que ya no quiere saber de mí. me he tragado mi enfado y mi pena y por cuarta vez le he pedido una respuesta que no parece dispuesta a darme. el silencio es una tortura que creo no merecer. (me) he dicho:
seré firme. y sé que soy una blanda.
Chi y Ras viajan hacia León bajo un cielo sin nubes.
yo veré a
Mateo esta tarde, me cortaré el pelo sin horquilla naranja y pasaré el aspirador atrapando cada hebra pelirroja de la caniche librepensadora.
sí, estoy triste y soy una esnob.
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