las hormonas, qué cabronas
Etiquetas: Astrid Lindgren, foto, literatura
era arponauta a las 01:02
me encantaría tener esas arrugas y esa mirada soñadora en la vejez (para la que tampoco me falta tanto ;-)
y además quiero subirme a los árboles :-)
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¡casa!
me encantaría tener esas arrugas y esa mirada soñadora en la vejez (para la que tampoco me falta tanto ;-)
y además quiero subirme a los árboles
:-)