ladrona en pijama
tos. mocos. flemas. dolor de espalda. pastillas. no puedo respirar.
llueve.
decido salir a por mi botín del día. me pongo unas botas sin calcetines, el abrigo sobre el pijama y un gorrito de lluvia (que me encontré en el súper) tapando mi pelo sucio. cojo 1,20 € y las tijeras de podar.
primero compro El País en la gasolinera, para disimular (¿para disimular qué?, me pregunto). y después voy decidida y empapada bajo la lluvia, tijeras en ristre, a cortar una rama de mimosa del árbol que llevo viendo un mes desde el autobús. todas las ramas están muy altas (alguien más ha tenido la misma idea que yo, maldición). pero consigo alcanzar una ramita y me doy por satisfecha.
de vuelta corto una rama de un pruno florecido (me estoy viniendo arriba). me acuerdo de mi madre y de las tijeras de podar que llevaba siempre en su bolso para robar flores (magnolias, casi siempre).
me temo que de empinarme se me ha descolocado la contractura y empieza a dolerme el omóplato izquierdo inferior. bien lo vale, me digo, mientras contemplo satisfecha mi única acción valiosa del día.
tengo dieciocho violetas bajo el lilo. dieciocho.
llueve.
decido salir a por mi botín del día. me pongo unas botas sin calcetines, el abrigo sobre el pijama y un gorrito de lluvia (que me encontré en el súper) tapando mi pelo sucio. cojo 1,20 € y las tijeras de podar.
primero compro El País en la gasolinera, para disimular (¿para disimular qué?, me pregunto). y después voy decidida y empapada bajo la lluvia, tijeras en ristre, a cortar una rama de mimosa del árbol que llevo viendo un mes desde el autobús. todas las ramas están muy altas (alguien más ha tenido la misma idea que yo, maldición). pero consigo alcanzar una ramita y me doy por satisfecha.
de vuelta corto una rama de un pruno florecido (me estoy viniendo arriba). me acuerdo de mi madre y de las tijeras de podar que llevaba siempre en su bolso para robar flores (magnolias, casi siempre).
me temo que de empinarme se me ha descolocado la contractura y empieza a dolerme el omóplato izquierdo inferior. bien lo vale, me digo, mientras contemplo satisfecha mi única acción valiosa del día.
tengo dieciocho violetas bajo el lilo. dieciocho.
Etiquetas: madre
vivan las crónicas extravagantes y estrambóticas!
:-)
Arpo: esta entrada es todo un guión, que lo sepas.
Que bonitas violetas!! en mi patio aún no ha florecido nada.
un beso y cuidate mucho mucho
Hoy he comprendido que el centro de tu blasón no es en realidad una magdalena... Siento haber sido tan torpe.
Cuando llueve en Madrid, en Bilbao es verano. Así es la geografía física. Así es la rosa.
Yo también soy una ladrona de flores. Las flores que no se compran me parecen más naturales. Sé de dónde vienen.
Preciosa entrada.