mundo virtual
"De noche.
Me conecté a la Red. No tenía ningún correo. Habías abandonado la historia. Me habías abandonado. Habías desaparecido.
Tecleé tu dirección.
Nada.
Le ordené a uno de los buscadores que te encontrase.
Nada.
Aquí estoy, como una penitente en un confesionario. Quiero contarte cómo me siento, pero al otro lado de la pantalla no hay nadie.
¿Qué me esperaba?
Éste es un mundo virtual. Éste es un mundo que se inventa a sí mismo. Cada día se forman nuevas masas continentales que luego se sumergen; nuevos continentes de pensamiento se separan de la masa territorial madre. Algunos se benefician de los vientos alisios, otros se hunden sin dejar rastro. Otros son como la Atlántida, continentes magníficos de los que se ha hablado mucho, pero no se han encontrado jamás.
La corriente trae objetos perdidos hasta las orillas de mi ordenador. Latas y neumáticos viejos se mezclan con los botines de los piratas. El tesoro enterrado está realmente allí, aunque calafateado y estrambótico. Es difícil descubrirlo porque no nos es familiar y pocos somos capaces de ver lo que no ha sido bautizado.
Estoy buscando algo, es la verdad.
Estoy buscando el significado que esconden los datos.
Por eso pesco con una red de arrastre en mi pantalla, como un pescador de perlas, buscándote, buscándome, tratando de ver más allá del disfraz. Supongo que he estado buscándonos toda mi vida."·
Jeanette Winterson, El Powerbook
Me conecté a la Red. No tenía ningún correo. Habías abandonado la historia. Me habías abandonado. Habías desaparecido.
Tecleé tu dirección.
Nada.
Le ordené a uno de los buscadores que te encontrase.
Nada.
Aquí estoy, como una penitente en un confesionario. Quiero contarte cómo me siento, pero al otro lado de la pantalla no hay nadie.
¿Qué me esperaba?
Éste es un mundo virtual. Éste es un mundo que se inventa a sí mismo. Cada día se forman nuevas masas continentales que luego se sumergen; nuevos continentes de pensamiento se separan de la masa territorial madre. Algunos se benefician de los vientos alisios, otros se hunden sin dejar rastro. Otros son como la Atlántida, continentes magníficos de los que se ha hablado mucho, pero no se han encontrado jamás.
La corriente trae objetos perdidos hasta las orillas de mi ordenador. Latas y neumáticos viejos se mezclan con los botines de los piratas. El tesoro enterrado está realmente allí, aunque calafateado y estrambótico. Es difícil descubrirlo porque no nos es familiar y pocos somos capaces de ver lo que no ha sido bautizado.
Estoy buscando algo, es la verdad.
Estoy buscando el significado que esconden los datos.
Por eso pesco con una red de arrastre en mi pantalla, como un pescador de perlas, buscándote, buscándome, tratando de ver más allá del disfraz. Supongo que he estado buscándonos toda mi vida."·
Jeanette Winterson, El Powerbook
Etiquetas: Jeanette Winterson, literatura