"Nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. Espera del vuelo a Monterrey. Tomo té en una mesa. La luz rueda por el pasillo. El líquido y la tarde me hacen feliz de pronto. Esta serenidad en mitad del vértigo, esta certeza que no tiene lugar, ni país, ni causa, que puede sorprendernos en cualquier parte como la caricia de un desconocido en la nuca, esta alegría provisional y a su modo ridícula, es el recuerdo más valioso que me llevaré del viaje."
Andrés Neuman, Cómo viajar sin ver
Andrés Neuman, Cómo viajar sin ver
[bon viatge, Maria.]
Etiquetas: Andrés Neuman, literatura
Yo retuve más cosas de ese universo de los aeropuertos. Quizá porque no me daba miedo volar. De hecho creo que merecería que alguien cantara sus bellezas, que son muchas.