Uno de las grandes decepciones de mi vida: Descubrir, en el programa de José María Iñigo que Pippi era una estafa... ¡No era una niña eterna! sino una horrible "adulta" sin trenzas.
Mi infancia fue la travesía de un inacabable y espantoso desierto de estereotipos estadounidenses, en el que lograba sobrevivir gracias a pequeños oasis como Pipi.
Uno de las grandes decepciones de mi vida: Descubrir, en el programa de José María Iñigo que Pippi era una estafa... ¡No era una niña eterna! sino una horrible "adulta" sin trenzas.
Mi infancia fue la travesía de un inacabable y espantoso desierto de estereotipos estadounidenses, en el que lograba sobrevivir gracias a pequeños oasis como Pipi.
Pippilota!