11 julio 2005

Salamandras

La salamandra vive en el fuego, tal como el pez vive en el agua, tal el ave en el aire, tal el hombre en lo profundo. Si un hombre desea contemplar a tan prodigioso animal, del que se rumora es una especie de gato, deberá enterrarse por completo, encender un fuego, sostener a un pez por debajo del agua, y agitar tiernamente a un ave, gorrión o lechuza, por los aires. Sólo cumpliendo tales conjuros podrá el hombre deleitarse con la aparición de la salamandra, famosa por la frialdad de su piel, tal que apaga el fuego que la crea. Su piel tiene usos industriales para cubrir a los que combaten incendios, también para recubrir recintos que, por su importancia, no puedan ser presas del fuego de vez en vez. Se cree que la salamandra solo tiene un color amarillento por todo su cuerpo, pero Plotino afirma que su mirada es tan azul como la de algunas mujeres del Norte.

Luis Alberto Arellano, La materia del lamento

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