entiendo perfectamente por qué este aparatito se llama
Zen micro: hay que tener una disposición anímica y táctil
muuuy zen para poder levitar por sus no-botones y conseguir rozar con la intensidad adecuada el sistema que te permita acceder a tu mundo de música de colores, mágico mundo de colores...
lo más logrado es el nombre, sin duda. menos mal que el mío es naranja-lama, naranja-buda, naranja-zumo.
(a caballo regalado...)
Etiquetas: música