18 marzo 2005

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acabo de comprar el libro que ha traducido Uge. y por una vez, y sin que sirva de precedente, aprovecho para recomendároslo (mi faceta de alcaldesa gana terreno). como muestra el poema que le regaló hace muchas noches a mis tetas:

LXXXI

Con el gran peso de sus pechos,
con su rostro que resplandece como la luna,
con sus pies de lentos movimientos,
brillaba como si de astros estuviera hecha.

[gracias, Uge, por tantos juegos.]

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