las hormonas, qué cabronas
Etiquetas: constatación
era arponauta a las 23:50
O con miedo tambien se puede vivir.
No siempre, hay miedos atávicos que no se olvidan aunque se pierda la cabeza.
y tanto!
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¡casa!
O con miedo tambien se puede vivir.
No siempre, hay miedos atávicos que no se olvidan aunque se pierda la cabeza.
y tanto!