8 de febrero de 2005
he decidido no volver a nombrar a beluga en este blog,
eliminar su recuerdo bajo agua caliente cada vez que me asalte,
atrincherarme contra su ausencia,
no concederle hueco a los recuerdos,
no regodearme en la nostalgia.
y aún así seguiré pensándola.
pero será mi secreto.
tan oculto que ni yo misma sabré que poseo un secreto tan hondo y lejano como un viaje al centro de la Tierra.
y tampoco recordaré esta fecha.
ni he visto nunca el rayo verde.
eliminar su recuerdo bajo agua caliente cada vez que me asalte,
atrincherarme contra su ausencia,
no concederle hueco a los recuerdos,
no regodearme en la nostalgia.
y aún así seguiré pensándola.
pero será mi secreto.
tan oculto que ni yo misma sabré que poseo un secreto tan hondo y lejano como un viaje al centro de la Tierra.
y tampoco recordaré esta fecha.
ni he visto nunca el rayo verde.
Etiquetas: beluga
[sé que muchos de vosotros/as me lo agradeceréis, entre ellos la propia beluga.]
Los blogs son una verdadera revolución sicológica. Creo que nos procuran muchas cosas que nos vienen bien. Nos permiten ensimismarnos en público. Escribir un diario íntimo concluye en una nada estéril, y publicar un libro resulta una empresa bien complicada. Por otra parte, creo que todavía no están definidos sus límites, sus ciclos... Todavía escapa a la síntesis.
Llevo muchos años visitando este lugar en el que nadie responde (casi nunca) mis comentarios. No me importa. Todo lo contrario: muchas veces lo agradezco. Y, se trate de lo que se trate en él, me parece bien.
Sí que viste el rayo verde. Lo que no se nombra no existe. Piensa en secreto, ocultándola y no dejes que su nombre esté escrito.
Te envío un abrazo.