Me acuerdo de la morera y de los gusanos de seda. De tener que ir a pedir ramas a la señora Araceli, la única vecina de la zona que tenía una morera en su patio, para alimentar a los gusanos. De la vergüenza que me daba pedirla y de la grima-fascinación que me producían los gusanos tan blancos, fríos y crujientes sobre mi dedo índice reptando. (¿Es verdad que esos gusanos sólo comen hojas de morera?)
Etiquetas: animal, me acuerdo
yo también me acuerdo.
y de la caja de zapatos con agujeros para que los gusanos respiraran.
pero no sé de donde sacábamos las hojas de morera.
besos ;)
Nosotros nunca pudimos engañar a nuestros gusanos con hojas de lechuga y similares. Había que ir a robar las hojas de morera a la únca plaza en la que había esos árboles, enfrente del gobierno civil, donde unos guardias civiles que nos imponían bastante, hacían guardia.