bird feeder

ayer beluga se descolgó por la ventana para colocar en nuestra acacia un comedero para pájaros que me regaló Pepa hace años. ahora espera agazapada tras la ventana primaveral (las flores son reales e inmunes al frío que azota Madriz estos días), prismáticos en mano, a que sus queridos herrerillos, el estornino solitario o el verdecillo que he visto esta mañana por primera vez descubran el manjar hipercalórico y acudan a comer delante de sus privilegiados ojos.
¡corred la voz, pájaros del barrio, hay comida rica en la acacia del 117!