atisbo de refilón y esquinadamente las cubiertas de los libros que leen los extraños con los que me cruzo. no sé decir qué llevan puesto, ni de qué color son sus zapatos: sé lo que leen. y si les acompaña un perro.
. . . ... y si el perro está contento después de haber escondido los calcetines tras el sofá... ... y si ella lee para no tener que esquivar los ojos de otras personas (las palabras hieren de manera más dulce)... ... y si llevan sandalias y se adivinda medio milímetro de piel bronceada, tatuado en el empeine el trenzado calzado forzado, pobre pie gordo confinado... . . y . .
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... y si el perro está contento después de haber escondido los calcetines tras el sofá...
... y si ella lee para no tener que esquivar los ojos de otras personas (las palabras hieren de manera más dulce)...
... y si llevan sandalias y se adivinda medio milímetro de piel bronceada, tatuado en el empeine el trenzado calzado forzado, pobre pie gordo confinado...
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